La doctora María Victoria Martínez Asensio es una de esas personas que irradian amor por su trabajo. Experta en Senología y Patología Mamaria, lleva 36 años en el Centro de Diagnóstico Granada dedicándose a la detección precoz del cáncer de mama, y lo hace con la misma ilusión con la que empezó. «Me lo pregunta mucha gente, pero no quiero jubilarme. Solo me iré el día que pierda la ilusión por lo que hago, y cuando ese día llegue, me marcharé corriendo», dice entre risas con su inquebrantable energía.
Para ella, el valor de su trabajo va más allá de lo técnico. Cada mujer que pasa por su consulta es una paciente a la que tratar con la mayor cercanía y el mayor cariño, entendiendo sus miedos y preocupaciones. «Yo me pongo en su lugar. La clave para mí es la empatía y saber que nuestra labor es tan técnica como humana”.
Lo más gratificante para Mariví, como todo su entorno la conoce cariñosamente, es ver cómo sus pacientes, muchas de ellas ya mayores, siguen viniendo fielmente a sus revisiones. Mujeres que confían en la cercanía y profesionalidad que siempre encuentran en ella. «Verlas venir contentas a hacerse sus pruebas, me llena de alegría», comenta.
Conversar con esta experimentada doctora es un aprendizaje de sensibilidad y dedicación. Cada respuesta revela su profundo amor por la medicina y su compromiso con la salud de las mujeres, a las que ha dedicado más de tres décadas de su vida profesional.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el campo de la Senología y la detección de cáncer de mama?
Empecé en 1988, cuando se fundó el Centro de Diagnóstico en Granada. En ese momento, en Andalucía aún no existía el programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama, que comenzó en 1995. El Doctor Fernando Machado, nuestro jefe y fundador, fue quien decidió montar esta consulta porque la Seguridad Social no cubría este servicio. Así que comenzamos con pacientes de ginecólogos privados. El doctor Machado ya había visto cómo se había desarrollado este campo en Navarra y quiso traerlo a Granada. Desde entonces, han pasado 36 años, y sigo trabajando con la misma ilusión. A lo largo de los años, no he dejado de formarme, incluyendo un máster en Senología con el doctor Miguel Prats Esteve en Barcelona. El doctor Prats y el doctor Machado han sido mis grandes maestros.
¿Cómo ha cambiado la tecnología para la detección del cáncer de mama en estos años?
Ha cambiado radicalmente. Lo que hacíamos al principio parece increíblemente arriesgado comparado con lo que tenemos ahora. Los mamógrafos han mejorado mucho, detectando lesiones cada vez más pequeñas. Pasamos de la mamografía analógica a la digital y ahora a la tomosíntesis, que nos facilita muchísimo el diagnóstico. También la ecografía ha ganado protagonismo. Al principio, muchos colegas no le veían utilidad, pero para mí ha sido una herramienta fundamental, especialmente en mujeres jóvenes. Además, la biopsia estereotáxica ha supuesto un avance enorme. Antes, meter a una paciente en un quirófano para buscar una lesión que habíamos visto en una mamografía era complicadísimo. Ahora, gracias a la tecnología, podemos hacerlo de manera ambulatoria.
¿Qué importancia tiene la detección temprana para el pronóstico de una paciente?
Es clave. Cuando comencé, se insistía mucho en el autoexamen, pero eso daba la falsa sensación de que si no te notabas nada, estabas bien. La realidad es que buscamos detectar lesiones milimétricas que tardan mucho en hacerse palpables. Por eso es fundamental que las mujeres se hagan mamografías periódicas. Hoy en día, también estamos viendo más cánceres en mujeres jóvenes gracias a mejores métodos de diagnóstico y a que más mujeres se hacen mamografías antes de los 50 años.
Entonces, ¿a qué edad recomendaría comenzar con las mamografías y ecografías regulares?
Depende de los antecedentes personales. Si una mujer tiene un familiar directo con cáncer de mama a una edad temprana, le recomendaría comenzar con mamografías alrededor de los 40 años. En general, creo que una primera mamografía a los 40 años es una buena referencia. A partir de ahí, si es necesario, se complementa con ecografías, especialmente en mamas más densas.
En Centro de Diagnóstico habéis sido pioneros en muchas cosas. ¿Cómo ha cambiado el panorama para las mujeres en entornos rurales con las unidades móviles?
Ha sido un cambio enorme. Antes, muchas mujeres en pueblos pequeños no tenían acceso a un ginecólogo, y menos a una mamografía. Ahora, con las unidades móviles, pueden hacerse sus revisiones sin tener que desplazarse grandes distancias. Las unidades llevan los mismos mamógrafos que tenemos en las clínicas, y las imágenes las analiza un médico igual de cualificado. Esto ha mejorado mucho el acceso a la detección precoz y, por tanto, el pronóstico de muchas mujeres.
¿Cree que en España hay suficiente concienciación sobre la importancia de la detección precoz?
Cada vez más. Las generaciones más jóvenes están muy concienciadas, y las mujeres adultas también están empezando a entender la importancia de hacerse revisiones periódicas, aunque a veces cuesta un poco más con las mujeres de mayor edad.
¿Qué consejo daría a una mujer que tiene miedo o ansiedad antes de una prueba?
Le diría que el miedo es natural, pero que no debemos dejar que nos paralice. Yo misma tengo el mismo miedo cuando me hago mis revisiones, pero cerrar los ojos no hace que desaparezca el problema. Lo importante es detectar cualquier anomalía lo antes posible para poder tratarla de la mejor manera.
Después de tantos años en CEDISA, ahora como parte del Grupo Analiza, ¿qué es lo que más valora de su trabajo?
Lo que más valoro es haber tenido siempre acceso a la mejor tecnología para diagnosticar de manera precisa. Siempre he tenido el apoyo de la empresa para obtener los mejores equipos, la tecnología más puntera y, además, la libertad para decidir qué es lo mejor para cada paciente en cada momento. Eso es algo que realmente aprecio.
Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres en el Día Mundial del Cáncer de Mama?
Que no tengan miedo. El miedo solo entorpece nuestras vidas. Si notan algo, que no se asusten, pero que vengan rápido para revisarlo. La mayoría de las veces no será nada grave, pero en el caso de que lo sea, podemos actuar rápido y ponerle remedio.
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