El doctor Javier Azúa, director del área de Anatomía Patológica de Analiza, es uno de los grandes referentes en su especialidad de nuestro país. Con una amplia trayectoria profesional y una visión profundamente humana y rigurosa del diagnóstico, ha sido la figura clave en la expansión de los servicios de Anatomía Patológica de Analiza en toda España.

Este año, su trabajo ha sido reconocido con el Premio Nacional de Medicina Siglo XXI, un galardón que pone en valor su compromiso con la excelencia diagnóstica y la innovación.

En esta entrevista, conversamos con él sobre los avances más recientes en su campo, la importancia de la personalización en los diagnósticos y el papel fundamental que juega la colaboración entre patólogos y clínicos en la medicina actual.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional y cómo llegaste a Analiza?
Hice la residencia en Anatomía Patológica en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Tras terminar, empecé con la práctica privada junto a mi padre, en su laboratorio. Compatibilicé durante años la actividad pública y privada hasta que en 2010 aposté por la práctica privada exclusiva. En 2019, coincidiendo con la expansión de Analiza, me propusieron liderar el proyecto de desarrollo del área de Anatomía Patológica. Comenzamos con tres laboratorios y hoy gestionamos 13 y damos cobertura a la mayoría de hospitales HLA.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu especialidad?
Me gusta porque es multidisciplinar: tratamos patologías de personas de todas las edades y órganos. En el trabajo de patólogo hay un componente de ‘detective’, buscamos lo que no se ve. Muchas veces no sabemos de dónde proviene un tumor y hay que investigarlo con técnicas complementarias, incluyendo patología molecular. No todo se ve directamente al microscopio.

¿Cuáles son los servicios que ofrece actualmente la Anatomía Patológica en Analiza?
En Analiza ofrecemos el servicio tradicional de diagnóstico morfológico y microscópico, es decir, el estudio de muestras al microscopio para identificar todo tipo de patologías. Pero gracias a los avances en nuestro campo, hoy vamos mucho más allá: combinamos el diagnóstico con el pronóstico y el fármaco-diagnóstico. Esto significa que no solo buscamos ofrecer un diagnóstico preciso, sino también orientar sobre los tratamientos más adecuados para cada paciente, basándonos en las características específicas de su enfermedad. Ya no hablamos de “un cáncer”, sino del cáncer de una persona concreta, con nombre y apellido. Nuestros informes ayudan al oncólogo a decidir qué tratamiento es más eficaz en cada caso. Además, incluimos factores pronósticos no solo desde el análisis microscópico tradicional, sino también a través de la patología molecular, que aporta información clave sobre la evolución y tratamiento de la enfermedad.

¿Qué tipo de muestras y patologías son las más frecuentes en vuestro día a día?
Vemos muestras histológicas (biopsias y piezas quirúrgicas) y citológicas (citología ginecológica y de líquidos). Las más frecuentes en patología maligna son mama y colon. En patología no maligna, vemos muchas afecciones inflamatorias de piel y digestivo, como gastritis o enfermedad de Crohn, que siendo benignas pueden ser muy invalidantes.

¿Cómo ha evolucionado la tecnología en Anatomía Patológica?

En anatomía patológica hemos pasado por etapas clave como la introducción del microscopio electrónico en los años 70 y la inmunohistoquímica en los 80 y 90. Pero desde los 2000, la incorporación de la patología molecular, ha dado un giro de 180 grados al diagnóstico, permitiéndonos afinar pronósticos y tratamientos personalizados. Por ejemplo, hoy en día, ciertos tumores cerebrales ya no pueden diagnosticarse solo al microscopio: es imprescindible identificar alteraciones genéticas específicas. Esto marca un cambio radical respecto a hace solo una década. Por otro lado, la inteligencia artificial, aún en fase inicial, está comenzando a aplicarse en el cribado de muestras. Aunque el patólogo siempre tendrá la última palabra, la IA permitirá agilizar el análisis y reducir la carga de trabajo.

¿Qué tipo de relación mantenéis los patólogos con los médicos clínicos?
En Analiza fomentamos una relación estrecha. Tenemos contacto diario con los equipos clínicos, reuniones semanales, comités de tumores, etc. Usamos protocolos compartidos y nos adaptamos a sus necesidades, lo que permite una comunicación fluida y eficaz.

¿Qué importancia dais a la formación continua del equipo?
Muchísima. Participamos en congresos, seminarios, webinars y cursos específicos de Anatomía Patológica. Nos aseguramos de que todos los profesionales reciban formación continuada a lo largo del año.

¿Estáis involucrados en investigación y docencia?
Sí, es una insistencia personal que tengo con el equipo, involucrarse en la docencia y en la investigación. Varios miembros del equipo son docentes universitarios y acogemos alumnos de FP y universidad a los que enseñamos nuestra forma de trabajo.  También participamos en investigación básica a través de grupos propios o en los que colaboramos. En 2024, los patólogos de Analiza hemos participado en al menos 10 publicaciones indexadas.

¿Cuál dirías que es la impronta diferencial de Analiza en el sector?

Una de las señas de identidad de Analiza, y una de nuestras principales fortalezas, es nuestro modelo descentralizado y cercano al paciente. A diferencia de otras empresas del sector, que concentran toda su actividad en grandes laboratorios centrales en ciudades como Madrid y Barcelona, en Analiza hemos apostado por implantar laboratorios propios con personal propio allí donde tenemos hospitales y clientes estratégicos. Este enfoque nos permite ofrecer un servicio mucho más ágil, eficiente y personalizado, y establecer una relación directa y constante entre los patólogos y los equipos clínicos de cada centro. No somos un laboratorio remoto al que se envían muestras: estamos presentes, en la misma ciudad o incluso dentro del propio hospital, lo que garantiza una mayor integración en la toma de decisiones médicas. Además, en Analiza damos un gran valor a las relaciones humanas y profesionales. Fomentamos una comunicación fluida entre nuestros equipos, compartimos casos y trabajamos de forma coordinada para que cada paciente reciba el mejor diagnóstico posible, en el menor tiempo. Aunque no estemos físicamente juntos, gracias a herramientas digitales y un software común, trabajamos siempre en equipo.